viernes, 19 de junio de 2020

Fin de una historia de amor


Perdí mi tiara, mi altar sin placeres

mundanos, con pena brilló mi frente

y ante el sol se levantó indiferente

a las angustias de hombres y mujeres.


Hoy tengo miedo de las hojas muertas,

y aparto de ti mi corazón frío,

miedo de prados llenos de rocío

y de poder tocar en otras puertas.


No encontrarás besos como los míos

ni ojos que lloren como yo he llorado;

con la ternura que yo, te he amado

ni tendrás el sol de los días fríos.


Caminaste voluptuosa y malvada

en el interior de mis brazos buenos,

con tu desprecio pusiste los frenos

a la colmena, de miel intocada.


Sobrellevé en mi carne tu abandono

y de pronto estrangulé tus venenos

en mis desvaríos y desenfrenos;

[aquellos los que en mi alma hoy arrincono]


Y juntos viajamos hacia la aurora

volver a empezar no vale la pena,

fugitivos de la misma condena,

lo que ignoraba, no lo callo ahora.


No fue este amor, un amor de cobarde

pero ahora el menú para una cena,

aunque sea nutritiva y amena

la mesa de a dos ha llegado tarde.


Junio de 2007.








miércoles, 17 de junio de 2020

Amar a Distancia

 

No existe distancia aquí

mientras el corazón late,

y el viento nos arrebate,

los versos que te escribí.


El tiempo pasa sin prisa

y la ausencia de tu rostro

en mi soledad arrostro

en los ecos de tu risa.


Esta distancia no existe,

jamás es verdad si se ama;

y el correo diario aclama

el amor que entretejiste.


Hay música en mi teclado,

salen las letras talladas,

radicales plateadas,

gotas de agua en el tejado.


Y en el éter circundante

tu imagen bella y prudente

no pierde su garbo y siente

nuestro abrazo trepidante.


Y si la distancia disgrega,

la fuerza de amor alcanza

fortalecer nuestra alianza

me escuchas, tu voz me llega.


La distancia no entristece

siempre que el céfiro aviente

con la brisa confidente

a la espiga que florece.

13/03/2013



martes, 16 de junio de 2020

Dolor del alma

Dolor que a la vida agrieta,

sangre es la letra oportuna,

más que un triste canto es una

plegaria, del alma inquieta.


Cuando no existe el amor,

los llorosos sentimientos

elevan a los momentos

mustios, plenos de dolor.


Solo capto en el teclado

su foto en pantalla blanca,

verso inconcluso del alma

de bardo, desanimado.


El dolor desaparece

cuando la palabra es verso,

en el ignoto universo

(del poema a corregir,)

mientras la vida se cuece.


Acre soledad invade

con la ausencia y la tortura.

(¿Por qué, ella, a mi cuerpo asecha)

si en él cargo la locura

que su sin razón, evade?


16-6-2020 EDITADO







jueves, 11 de junio de 2020

EDÍTEME SEÑORA

Edíteme señora;
Edíteme a su forma,
Cambie el título
El orden del verso,
Corrija la métrica,
La diéresis, la sinalefa,
Mas, no borre el beso.

Edíteme por favor;
Atino en el contenido
No me aclaro con las formas,
Ningunear las normas
Es parte de mi estilo
Y el verso pende de un hilo,
Está al caer y quebrarse,
Aunque puede salvarse
Al amparo de la bondad
Qué solo su amor le da.

Edíteme ahora;
La imagen es bella
Y la música en ella,
Embalsama al oído
Con un ritmo fluido
de destellos de estrella.

Edíteme siempre;
En el opaco universo,
A su antojo en cada verso;
Edíteme a sus caprichos
Y ya no habrá malos dichos;
Salpicando al simple verso.

Edíteme, edíteme…,
verso a verso,
beso a beso.


jueves, 4 de junio de 2020

En ella estaba lo que al final quería

¡Cuántas rutas tomé! Y a ellas volé;

buscando en una mujer perfección,

que halague al obstinado corazón,

y en tantos andares no la encontré.


Resulta, que en el mes de octubre voy

cuando de pronto me cae una estrella

muy perfecta, no me parecía ella

mas, me aceptó en su vida tal cual soy.


Cual palomas con idénticos vuelos

dos mayores buscando compañía,

en la tercera edad sin pretensiones


Amamos las letras, la poesía;

hemos abierto nuestros corazones

y echado el candado de los desvelos.


12 de octubre de 2012



Y se torció la vida

Se tuerce la vida

no era como ahora:

desperdigadas palomas,

dispersas hojas,

no estamos cerca,

ni juntos, ni abrazados.


Partí sereno, radiante,

sonriente, optimista,

y el hado del tiempo,

dramático y oscuro;

ensombrece mi frente,

apaga mi risa.


Duele que te quedes,

duele que me vaya,

duele este silencio,

que con tanto ruido,

inunda mis sentidos

por mucho que lo calle.


Sentado mirando al mar,

todo me lleva a ti;

los barcos que navegan,

las luces, las gaviotas

y la luna llena,

que en sus ondas riela.


A veces te mando besos

en esos buques grandes,

que surcan los mares

hacia donde nunca llegan.

¡Estás tú tan distante

y en mis manos cadenas!


La esperanza es ahora

el motor de la marcha,

es el navío sobre la mar,

es el camino palpitante;

mi sueño, mi despertar,

mi prisa, mi espera.


Y tú mi amor, mi pasión,

mi tiempo, mi lejanía,

mi confianza, mi ilusión,

dueña de un corazón,

leal y capaz de todo

para destorcer la vida.



A GEORGE FLOYD No puedo respirar

 

 

¡No puedo respirar!

¡No puedo respirar!
No llega el aire que me toca
por derecho inspirar
con mi nariz y mi boca.

¡No puedo respirar! 

A mi cuello quiebras,
tu rodilla asesina oprime
con saña,
mi cabeza a la acera.

¡No puedo respirar!
Sofocas mis pulmones
bajo el peso de
tu níveo odio
que sobre mi pueblo vuelca
s.

¡No puedo respirar!
Marginas mi virilidad negra
como si tu poder fuera
lo único bueno en esta tierra.

¡No puedo respirar!
¿
Qué ven tus compañeros
que para otro lado
miran
mientras mi garganta se cierra?

¡No puedo respirar!
¿Por qué me ejecutas
con tus propias manos?
¿Tan difícil es vivir como hermanos?

Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando”. Martin Luther King