martes, 6 de octubre de 2015

Un día gris

Día gris, frío y lluvioso,

negras nubes

de frágiles compuertas,

ceden al peso

del agua que se precipita

ofreciendo vida

a las sedientas sementeras.


Multitud de perlitas,

que caen

para las verdes hojas festín,

lágrimas divinas en las terrazas,

la humedad atiborra la ilusión.


¡Ay! Pero veta la entrada

al próvido sendero

donde suelo caminar,

y obliga al recogimiento

de contemplar las gotas

muertas, en los cristales.


Día del alarido de pena

del amigo triste, anhelante,

que busca apoyo esperanzado

para sus penas agolpadas

por desventuras de amor.


Mientras el tiempo pasa,

el agua aquí con saña,

al suelo golpea

y desde dentro, bajo techo,

mi pensamiento hacia ti vuela.


Cargado de ausencia de ti,

de nostalgia de besos

y abrazos en espera,

suena el celular

ha salido el sol

se secan las gotas.


2 de marzo de 2013


 



miércoles, 19 de noviembre de 2014

Y ME SORPRENDIÓ EL AMOR

Ya no esperaba el amor
mas,  estuve vigilando;
salté sobre la rosa
y me embriagué de su aroma.

Pues sí te quiero, mujer,
Mujer,  así te amo,
así corno te vistes
y como te levantas.

Que tu boca me sonría,
ligera como el viento
del nordeste sobre la costa baja
así te quiero, amada

Al arroz no le pido enseñanza
sino que no me falte
durante cada día de la vida,
y como la luz, tú me alumbres.

Has llegado a mi vida
con lo que tú traías
y así te necesito
y así te amo.


EL NIETO EN LA DISTANCIA


 Tengo un nieto, no es pequeño,

se irgue como hombre maduro

al otro lado de un muro

de ondas, que ahogan mi sueño .


Le escribo desde el rincón,

donde siempre espera un beso,

reo de la vida preso

a la espera de otra opción.


Y en un tiempo de locura

vi los hijos con dilemas,

los nietos fueron diademas

al abuelo con ternura.


Amores intransferibles

en escala descendente;

mis padres, mención presente

y el de hijos indestructible.


 













Despedida de duelo

Ya me despido aquí,

llevadla en volantas.

si quema el sol,

caminad bajo la sombra.


Si su fatiga acechad,

sostenedla, mimadla, levantadla

que su cuerpo de algodón,

en vuestras manos no se deshaga.


Madre mía, ahora me toca a mi,

sostener al peso de mis años

mi fatiga, quizás prepararme la cama,

vendarme la llaga de tu ausencia.



MI MADRE SE HA IDO(Soneto)

En la lúgubre cripta del sigilo,

yace la madre de mi amor dormida

y en mi pecho está sangrando la herida

de ver romperse aquella rama en vilo.


Ya mustia la flor de fértil pistilo

que sólo vive para dar la vida,

hasta del mismo Dios fuiste escogida

para guiar mi alma en un mundo tranquilo.


Mírame, ¡oh madre!, en la extrema hora,

cuando a las sombras de mi noche oscura

ascienda ya con indeciso paso.


Quiero que el sol que iluminó mi aurora

sea el mismo sol que con su llama pura

languidezca las nieblas de mi ocaso.







miércoles, 14 de mayo de 2014

TU PALABRA


Desdeñaste el verso,

ignoraste su matiz

lo creíste:

banal y barato,

compendio de letras

de palabra fácil,

de amores de ocasión

que enciende la chispa

y sin embargo…,


Me llegó en notas

tu palabra bella,

se instaló en mi rincón

de sueños rotos,

junto a mi musa,

frente a mi lámpara

prendió la luz,

e iluminó mis desechos.


Tu palabra se hizo carne

con prisa, con hambre

de bocas desnutridas;

forzó el destierro

sin papel ni visa,

aparcó añoranzas

y sopló el polvo

de sábanas olvidadas.


Y allí desvestidos,

compartimos frío y sudor

en alborozo de pasión,

sin esperar una cura,

filtro para el dolor

de este corazón

que abandona su letargo,

no susurra frente al mar

y, sin embargo…,


Febrero 2013








sábado, 3 de mayo de 2014

A mi madre enferma




A mi madre enferma

Con su pequeña espalda encorvada,
Sus hombros caídos al peso de un haz
De noventaicuatro años que por demás
Le dejan  la brújula averiada.

Sus pasos ausentes, su voz cansada
La afasia presente al verbo reprime,
Más, la mirada lerda, que le imprime
Fuerzas al dolor de verla allí postrada.

Tortuoso le han marcado el trayecto,
El devenir de los últimos cuatro lustros,
Alejada de sus más apreciados gustos
Y enajenada del más sublime afecto.

Echada en aquel largo sillón
De la residencia que con esmero la cuida
Se le pasan todas las horas de la vida
Entre cuidados, alimentos y atención.