viernes, 23 de octubre de 2020

Ausencia(Soneto)


Ir y quedarse, y con pactar marcharse,

Irse sin alma e ir con alma ajena,

Oír el suave canto de la sirena

Y no poder de la flor despegarse.


Arder como un sirio hasta disiparse,

Construyendo torres en tierna arena,

Caer del cielo, y ser Belcebú en pena

Y de serlo nunca más retractarse.


Hablar con afásicas soledades,

Suplicar, resta sobre fe paciencia,

Y lo transitorio llamar eterno.


Tragar presagios y rehuir verdades,

Es lo que nombran en la tierra ausencia,

Llamas en el alma, y en la entraña infierno.



Te echo de menos


Larga es la noche,

no estás

no hay abrigo

ni un te quiero.


No me duermo;

no son tus palabras,

no están tus caricias

solo es el vacío.


Inevitable instante

de fría nostalgia,

y este espacio

desierto, anhelante

te echa de menos.


Cierro mis ojos,

me abstraigo

y en mis recuerdos,

te siento dentro.


Te amo

y mi amor atesora

esos momentos

que miman,

que vigorizan,

amainan el dolor

y acercan la distancia.



domingo, 18 de octubre de 2020

Inquietante Desconfianza

Desconfianza, robaste mi paz.

Desconfianza, expoliaste mi sonrisa.

Desconfianza, timadora,

¿por qué llegaste

a desvalijar la armonía?


Ladrona, un día te alejé de mi vida,

¿por qué otra vez llegas

como sutil cleptómana

siseando la concordia?


Te dejo con tu vida, con tu criterio,

con tu gente, que más te entiende,

que recoge tu recelo y tus celos.

No, Desconfianza, lo baladí

no se antepone a lo serio.


Desconfianza,

no cargaré en mi presente,

con tus atracos del ayer,

ni me proyectaré en alguna

víctima, desconocida

que por ti el dolor sufrió.


No hay soledad más solitaria,

que la que deja la sospecha

y si no te asisten las mentiras,

¿cuál es tu origen, Desconfianza?




martes, 6 de octubre de 2020

La tabaiba salvaje

Ocre espera

la tabaiba salvaje

con cicatrices

de hojas caídas,

perdido su verde claro

en recinto

de mustia falda.


Sedienta, cautiva

su raíz aguarda

para sorber:

la llovizna fresca

de la frugal primavera,

la humedad rasante

de la niebla blanca;

bruma rastrera, silenciosa,

sutil y austera.


Y amanece octubre

en otoño de borrasquilla;

ha lavado su tronco gris

y el marrón de sus tallos

que acunan

las verdes perlitas

de a cinco nectarios,

como ramilletes

verde-amarillos

que en cestos de piedras

adornan los riscos.


¡Llovió en el sur de Tenerife!


6-10-2020




sábado, 3 de octubre de 2020

Escribir un poema



Escribir un poema es nada

para eternizarte en un suspiro.

Escribir un poema a penas me da

para sobrevivir a la espera

que tiñe tu nombre en la distancia.


Cuántas veces me he sentido contrariado

porque no encuentro esa palabra

que diga amor en cada letra,

y cuántas veces un solo verso

te ha buscado bajo un cielo,

saturado de estrellas

y ha escarbado en las noches,

arañando los recuerdos

para leer tus marcas

prendidas en mi cuerpo.


Escribir un poema cuando estás ausente,

cuando más te siento remota y allá,

mientras va creciendo este injusto tiempo

entre estrofas que corrijo, que tiro,

las que nunca termino

por no saber expresar lo que quiero.


Escribir un poema es todo

cuando te asalta la imagen

y el verso aflora

con el beso en los labios;

lo pone en tu boca

y la luna grande,

que hiere las sombras

brillará en la noche.




miércoles, 30 de septiembre de 2020

Acúfeno versátil



Acúfeno versátil mi oído satura

en singular manada de ricas estrofas

cargadas de amor en versos, baladas y odas;

enfermedad, para la que no tengo cura.


Sonidos que el silencio insólito crea,

vibran en la mente que a pensar se atiene,

en todo el amor que siente y le conviene

redimir y luchar por lo que desea.


Por el sendero del humilde perdón,

lima las asperezas e iza las blancas

banderas, y en estas intenciones francas,

señala calles de reconciliación.

lunes, 28 de septiembre de 2020

En mi rincón nace el poema

 


La luz deshace tinieblas

ilumina el estro,

el silencio de la noche,

ampara anhelos de ventura

que la llama del amor

irradia, sustenta

y propicia los designios

de la acechante musa.


Los dedos de la ilusión,

golpean el teclado,

bajo la nívea led

de madrugada tranquila;

enlazan letras, palabras

que conciben el verso

y alumbran el poema.


Desaguisado y amotinado

con su creador, nace

prematuro e incompleto,

a falta de pulir

en incubadora neonatal,

como bebé humano

en busca del nutriente

que abrillante su forma

y lo exponga al universo.


Es como el hijo que concibes

con dolor lo pares,

con ternura alimentas,

con fervor lo educas,

y a tu imagen lo formas

para que brille con luz propia,

extinga la tristeza

y sea el sol del firmamento.