lunes, 8 de febrero de 2016
La Pelusa
JUBILACIÓN
Medio siglo que lento se desliza
Por los canales de duro trabajo,
Me llega el retiro, abandono el tajo,
Tomo la pista de la suave brisa.
Ni cumplo horarios ni tengo presiones,
Voy a incorporarme a los senderistas,
Riego las vicarias, ¡qué buenas vistas!
Me acojo a mis perennes vacaciones.
En todas mis peñas hay un murmullo,
Que espera por mi verso confidente,
Erigiendo un panteón con tridente,
Custodiado con canciones y arrullo.
Los años atiborran la experiencia,
Cincelan mi labor incomprendida,
Cita en la universidad de la vida:
“La carencia deriva a la excelencia”.
No convive en mi faz la despedida,
Percibo el rastro que dejan las huellas,
Nadie es ajeno, ni aún las estrellas,
A la mudanza de tono en mi vida.
La luz que ahora mantengo encendida
Satisfecho, retirado y ufano,
Es el sol que me calienta en verano
En la terraza que el reposo anida.
Y aunque jubilado muy poco gano,
Después de cinco décadas de esfuerzo,
Lo que me gusta sin trabas ejerzo
¡EH! valió la pena nada fue en vano.
martes, 13 de octubre de 2015
UN FOLIO EN BLANCO
Un folio en blanco quedó en mi Word,
no sé qué escribí en él, pues me abruma
el dolor, en esta mi confusa madrugada.
en mi mente no manan o surgen apenas,
no sé si canté al amor un himno,
para mitigar la insolencia de mi rabia.
y lo hace sabiendo que causa herida,
más nunca se da por vencida,
hasta lograr ver que el corazón sangra.
ya que si alguien así lo decide,
está a su amor condenando a muerte,
y más pronto que tarde este perece.
SÓLO TENGO UN HERMANO
Son fuertes, hermano mío, nuestros lazos
SABÍA QUE ESTABAS
Amanecer contigo
Dulcemente quiero besarte
cada día al amanecer,
despertar contigo y poder
entre mi sábana abrazarte.
Es el sueño ardiente que aclama
una caricia de tus dedos,
besar esa boca sin miedos
en complicidad con la cama.
Si no llego a la meta ansiada,
de aquel tan codiciado sueño,
al alba en silencio y empeño
pinto tu faz en mi almohada.
Vendrán pronto, vendrán los días
para esta pobre y corta vida,
la ensoñación será cumplida:
fundir tus ganas a las mías.
Dulce fuego en el que me abraso
tan apretado y tan fluido,
lo aciago ha desaparecido
y el sol brilla más en su ocaso.