Caduca, este dos mil veinte, caduca,
es el momento de las reflexiones
y en la mesa de buenas intenciones:
el cerdo asado, arroz congris y yuca.
Rememoramos el largo trayecto:
con sus retos, sus certezas, sus dudas,
sus alegrías, sus tristezas crudas,
tributarias del más sincero afecto.
Nos empaca la caducante añada;
despertares con adormecimientos,
encerrados, mohínos y al pelete,
Compartimos logros y estancamientos
y servido en la mesa del banquete
un halo de esperanza en la estacada.
Que la meta ideada
repercuta, en un propósito honesto:
no echar la culpa al finado bisiesto.