En
pos de la poesía
la vía,
única de mi universo,
el verso
con humildad y confianza
alcanza.
En mi pluma la templanza
es la que enhebra el ovillo
y en el lenguaje sencillo
la vía que el verso alcanza.
En
pos de la poesía
la vía,
única de mi universo,
el verso
con humildad y confianza
alcanza.
En mi pluma la templanza
es la que enhebra el ovillo
y en el lenguaje sencillo
la vía que el verso alcanza.
Toca mi puerta abierta sin temor,
me embriaga el aroma de aquella flor.
Su boca harta la sed del peregrino
escancia la copa con el buen vino,
en arrebato de instante divino
sin nada personal en el camino.
Como en un sueño ella se acercó a mí,
sin meta tras aquel sueño corrí,
Nada personal que lleve a dolor,
pasan los años y aún no adivino
la causa para no quedarme allí.
10-01-2021
En otoño te hice mía
no te compré, te diste y despertó la musa
que en solitario dormía.
Tú eres la letra mía, sin ti era inconclusa,
mía es la inerte pluma,
tuya la imagen,
mía es la paz cada día
que guarece a mi mente intranquila y confusa.
Tu palabra es mi alegría
acordes de guitarra en la noche,
mía la dicha que ansía
la vida alejada del reproche.
A mi llega todavía
el frescor, diario, que a la rutina engatusa,
la felicidad es mía
y mía la lira que a nada se rehúsa.
6- 1- 2021
La aurora
nos
congratula
y en
aquel instante,
un mar naranja reverbera
fuego,
A poco llovizna
y tiñe el día
de gris.
Hoy mi ventana
otea en el horizonte
un buque grande en travesía,
que exhibe la cubierta
hinchada de rojos containers.
Mi humilde
pluma
soporta
reflexiones y emborrona
las cuartillas
de odas a la luna.
Senryu
Niebla en las cumbres
en la fría mañana
del dos de enero.
2-1-2021
Caduca, este dos mil veinte, caduca,
es el momento de las reflexiones
y en la mesa de buenas intenciones:
el cerdo asado, arroz congris y yuca.
Rememoramos el largo trayecto:
con sus retos, sus certezas, sus dudas,
sus alegrías, sus tristezas crudas,
tributarias del más sincero afecto.
Nos empaca la caducante añada;
despertares con adormecimientos,
encerrados, mohínos y al pelete,
Compartimos logros y estancamientos
y servido en la mesa del banquete
un halo de esperanza en la estacada.
Que la meta ideada
repercuta, en un propósito honesto:
no echar la culpa al finado bisiesto.
Fue en aquel julio
dieciocho,
el de huevos descolocados,
todos rotos y
explotados
terminaron en bizcocho.
Y como a eso de las
ocho
mi ovillejo en verso y rima,
su esencia a nadie
lastima
y la que versea cuentos
lo incapacita en
momentos,
lo excluye y lo ilegitima.
Salgo
a patear la orilla
de otro sendero asfaltado
y me ha dejado
asombrado
lo rápido que el sol brilla.
Yo iba para
Granadilla
a la óptica de la lente
pero mi esposa
prudente
ve el recado de mi nuera
y pensó que mejor
era
que me quedara pendiente.
Y
sin más raja el serón
de hipopótamo ensillado
tanto
reproche ha cargado,
que no cabe en un sermón.
Palabras
que todas son
de denuncias infundadas
de historias
imaginadas,
tantas veces repetidas
que todo lo bueno
olvidas
de carantoñas pasadas.
Como el Balban con su
tiara
destroza la malanguita
en vez de agitar la piara
de
cerdos, la decapita.
A una bolsa precipita
el florero en la
escalera,
y con esta calentera
multiplica tanto la ira
que
nada entiende y no mira
los trámites de la nuera.
Gusta
como defenestra
macetas voluminosas,
muy mal puestas y
ambiciosas
mata el karma, lo secuestra.
Lo bueno que al fin
se muestra:
es que en la impoluta casa,
el tiempo tranquilo
pasa
y el sereno matrimonio
echa fuera aquel demonio
que
su bienestar arrasa.
18-7-2020
Ayer y hoy el hombro duele
¿hasta cuándo es el mañana
por un mes, una semana?
no importa que me desvele.
No me soporta la cama,
a poco ingrata me expulsa
la antipatía convulsa
que al tendón por siempre inflama.
Para consuelo mis pies
reconquistan el sendero,
toman mochila y sombrero
las quejas serán después.
El dolor asido al hombro
serpentea hasta los dedos
y aunque rece algunos credos
solo me queda el escombro.
Para colmo de los males
que se puedan padecer
el más cercano es no ver
el dolor en tris cruciales.
¡Este viejo es un quejica!
No me lo puedo creer,
pobre hombro, no va a poder
chillar, el mal se triplica.
Trescientos sesenta y ocho
días, en una cruel lista
de espera, sin quedar vista
y mi hombro trasquilimocho.
No quiero voces de aliento
ni que sientan mi pesar
solo deseo gritar
mis aflicciones al viento.
22-12-2020
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