¿Dónde
está
esa
verdad
que el éter distorsiona,
tuerce, oídos a la
realidad?
Peones en una partida de caballos
y alfiles, nos
cae la incertidumbre de pobres vasallos.
Aunque con
preciosismo echemos al mar buenos escandallos
y nuestros sondeos
deambulen sin fallos,
existe una nueva normalidad
y como
nave al pairo,
la sociedad
perdida
sufre.
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