martes, 13 de octubre de 2015
Doña Angustía
Peligrosa señora es Doña Angustia
trota a lomos de lúgubre corcel;
y galopa rauda, insensible, cruel,
con lánguido rostro y sonrisa mustia.
Inquilina obligada del alma abandonada,
se regocija en la pena del amor perdido
como si todo en la vida perdiera sentido
y la felicidad vivida fuera truncada.
El amor se aleja, cual ave migratoria
busca otras fuentes de nutrición y riqueza
para dejar tras sí la escarpada pobreza
de aquella relación con penas y sin gloria.
NO TE ALEJES
No te alejes de mí ni por un solo día,
NO ES FÁCIL
No ha sido fácil mi vida
no sido un padre perfecto
es un anhelo imposible
evitar la falla y el defecto.
Mas, si lo he dado todo
y no son vanas historietas
para que ellos, mis hijos,
arribaran a sus metas.
el mejor de los modelos,
sacrificando momentos
en pos de sus anhelos.
He ocultado mis lágrimas,
he sufrido desconciertos,
sumido ante mis miedos
en momentos inciertos.
Soñamos que al llegar a viejos
nos envuelvan de cariño
y esperando que así sea,
los veo, si les riño.
Aguardas esa llamada
que te alegre el corazón
pero persiste el silencio
que desata el gorrión.
¡Cuánto flaquea un padre
cuánto dolor le provoca
que esas criaturas preciosas
sean frías como las rocas.
Con las que en un tiempo jugó
ahora le ignoran simplemente
en otro camino tienen la mente
ajeno a quién la vida les dio.
que un día habré de partir;
¿Para qué llorar entonces
si el llanto no me hará vivir?
Me iré añorando sin prisa;
palabras, visitas, un abrazo
un mendrugo por si acaso
de lo que sembré, una triza.
COMO EL SOL Y EL MAR
Quiero que