martes, 28 de mayo de 2013

A mi madre


A mi Madre

Veo a mi madre desvalida,
Transitando en un mundo oscuro,
Que el Alzheimer levanta, cual muro
Que ya nada recuerda, todo lo olvida.

Allí siempre ovillada en aquel sillón,
De la sala que su cuerpo cobija,
Sin pensar en nada que la aflija
Con su mente desprovista de la razón.

Singular ternura a mi me asiste,
Verla allí, como un bebé indefenso;
¡Ah! Madre querida, como pienso
En las cosas que en el pasado hiciste.

Yo nunca fui tu consentido;
Quizás, por ser el hijo mayor,
Pero al proteger al menor,
Tus razones, madre, has tenido.

Pasan los años, vuelan las horas,
A Dios doy gracias constantemente;
Porque es muy grato sobre tu frente,
Poner mi beso, aunque sé que lo ignoras.



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