A LA MADRE
La madre es cobija;
en el frío invierno
y es como los alisios
del ardiente verano.
Es farolito titilante,
en la oscura noche
y el eficaz nutriente
en la sequía y el hambre.
Es bálsamo que venda
las heridas sangrantes,
y es vigía en la noche
de los sueños infantes.
Es vara que se levanta
ante la necedad tierna
y el docente que alterna;
educación y crianza.
Es bonanza en la pelea,
es el vino de la alegría,
es prosa, es poesía,
y es ¡eternamente bella!
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