Basta de amor
Basta de amor: si un tiempo me quería Ya së acabó mi última locura, Porque es, mujer, tu serena hermosura Como la nieve, deslumbrante y fría. No encuentro en ti la extrema simpatía Que mi alma ardiente contemplar procura, Ni entre las sombras de la noche oscura, Ni a la espléndida faz del claro día. Amor no quiero como tú me amas, Sorda a los ayees, insensible al ruego; Quiero de mirtos adornar con ramas Un corazón que me comprenda quiero, Quiero besar a una deidad sin dramas, Quiero un camino de amor y sosiego. |
martes, 24 de diciembre de 2013
Basta de Amor
domingo, 22 de diciembre de 2013
ESPERANZA
Esperanza, ¿cuántas veces se vive?
Esperanza di ¿cuántas veces se hiere?
si este terrible dolor me pervive
¿será porque todo el amor se muere?
¿Dónde estás musa? No te veo ahora.
¿Dónde estás confianza de fina estampa
introduciéndote e interrogadora?
Llegan hoy para tenderme una trampa.
Ilusión que partes al corazón,
si te arrepientes de no hablarme a solas
encubres la maldad, la sin razón
que se va en la oscilación de las olas.
Sigue por tu cruel camino Esperanza,
sin disimular la atroz amargura
pues si persistes en la destemplanza
se a agota el tiempo de tu ternura.
Esperanza en cada valoración,
observo y enfrentarme a ti no puedo
y apacible en mi vida sólo espero
vivir con autodeterminación.
Tristeza de la rosa (Soneto)
Aunque la veo mustia, deshojada; ignoro las razones de la rosa que ayer brillaba fresca y olorosa, muy viva, dulce, amante y perfumada.
Hoy esa alegría se torna en nada, no existe en el mundo alguna otra cosa, que cambie de feliz a dolorosa sintiéndose contenida u obligada.
Después de la tempestad la bonanza, y en la alegría, el tedio y la tristeza; mas, perdona que yo tenga esperanza.
Nunca dudé de su amor y terneza que habiendo ahora tanta desconfianza; ¿Sólo en su corazón habrá firmeza?
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El Pícaro Rapaz
Como ríos de aguas raudas y potentes,
Que surcan cañones, quebradas y abras,
Brotan suspiros, sílabas, palabras
Arremolinándose en sus torrentes.
¿Cómo puedes creer que alguna gente,
En clave menor, tamaño bolsillo,
Te pueda deslumbrar con ese brillo
Real, descarado, muy inteligente?
Su terca lengua de rapaz inquieto
Le torna rojo, alterado y ansioso.
¿Qué nunca conseguirá ser discreto?
Lo sé muy bien, porque el niño es precioso,
Para mi complacencia y total gozo,
¡Qué placer hablar de él! Mi rey, mi nieto.
Estos versos saltan de la admiración de su arrobado abuelo, Carlos Otniel.
miércoles, 26 de junio de 2013
Gracias...
Con una mirada entregas el alma,
Sentir tus caricias, besarte con calma
Es para mí, el pan de cada día.
Entrelazado al túnel de tus piernas,
En momentos de glorias celestiales,
Perdidos en sensaciones eternas
De dicha, goces y venturas terrenales.
Se me está haciendo un hábito quererte;
Terrible necesidad, singular dependencia,
Que a cada instante peno por verte
Cuando te alejas en justificada ausencia.
Gracias por ser la vara de equilibrio
Que en la cuerda floja me permite caminar,
Gracias por ser venda, bálsamo, alivio
Para los cortes y golpes de la vida curar.
Gracias por ser, un eslabón de oro
En la pobre cadena de mi existencia,
Por las cosas que me gustan, que adoro
Cuando parece que perdía la paciencia...
Gracias por permitirme amarte
De la tierna forma en que te amo.
Gracias, por estar conmigo, por quedarte,
Gracias por responder cuando te llamo.
Gracias por regalarme lo bueno o “malo”
De ti, en cada beso en cada abrazo,
En cada tramo de tu piel que firme escalo
Sin prisa, sin riesgos, resuelto, paso a paso.
Gracias por ser tan linda, mujer adorada,
Por estar ahí, esperando el reencuentro,
Gracias por ser amor, cómplice, aliada,
Y por besarme dulcemente en cada momento.
Gracias, gracias, gracias, gracias…