martes, 13 de octubre de 2015

COMO EL SOL Y EL MAR


Quiero que
sepas,
sin embargo,
que todas las noches
que he dormido a tu lado,
incluso las discusiones,
más inútiles,
siempre fueron
algo espléndido.


Sé como el sol,
ora negros nubarrones,
ora “somera niebla”
nunca pierde su fulgor,
nunca su brillo.
El amor semeja al sol.

Sé como el mar,
ora encrespado y bramador,
ora remanso de tenues susurros,
es tan mayor como las edades
y renovado en cada una de sus ondas.
El amor semeja al mar.

¡Aún tengoa mi madre! Soneto

Aquí tengo a mi madre todavía,

cuando siento que la quiero con tanto

amor, que no todo mortal tendría

mi buena ventura bajo su manto.


De niño a mis delirios puso freno

la divina santa que era, mi diosa;

bregó años para cargarme en su seno

con pasión me alumbró y fue muy dichosa.


Cuidó de noche y trabajó de día,

se suceden las horas de su ardor

en dedicar a mí todo su anhelo,


Y al verla tan enferma, en mi dolor

milagros al cielo arrebataría

cuando todo está perdido en el suelo.




 
Agosto 21 de 2014.

lunes, 12 de octubre de 2015

A MIS SETENTA AÑOS



Hoy arribo, sosegado, a los setenta años

Y estoy sacando lentamente del armario,

Desempolvando, el baúl de mis recuerdos,

Sin miedos, con gusto, con orgullo


Sin esperar tanto, latente está la vida;

Me acoge con alegría promisoria

Y del baúl, desbordante el mejor regalo:

Chapada en oro puro: la experiencia.


Venid amigos míos, tomad asiento,

No hay sofás mullidos, ni mecedoras;

Sólo rocas de cuyují como el acero,

Y muros de piedras imperecederos.


Mi hogar es el salón rebosante

Para un banquete esplendoroso,

Mi fe inquebrantable a la cabecera

Y a frente, mi asiento en la mesa.


Con el sustento del amor y la amistad,

Con el Santero y el tinto del cariño,

Que nuestras copas rebocen este día,

¡Ya tengo los setenta cumplidos!


No soy viejo. A penas comienzo la vida,

Digna juventud que en el ocaso florece,

Mis años son estrellas que me inspiran

Y mis labios, cestos repletos de besos.


Venid todos, venid, con amor os espero,

Estamos en abril, en plena primavera,

Tantos anhelos y nuevos propósitos;

La ventura de exuberantes retoños.


¿Cuántos de vosotros aspiráis a más?

Miradme, tan sólo miradme y veréis;

Mi indomable corazón palpita jubiloso

Y fluye de mi pecho el inagotable amor.


LA TUMBA DE MI MADRE


La tumba de mi madre 

 

He aquí la tumba de mi madre,

Limpia y ordenada

Alguien pasó y dejó flores,

Y quizás, también, una lágrima.


Bajo los flamboyanes de esmeralda.

Desde los bancos del silencio,

Refugios del recuerdo y el dolor

Rememoro los momentos junto a ella.


Vulnerable criatura en el ocaso de su vida,

Antes fuerte y luchadora;

Dejó la herencia de acciones y dichos

Que siempre estarán conmigo.



 


HASTA QUE TE ENCONTRÉ


Caminé por calles y doblé las esquinas,

me senté en la plazas, observé las palomas

bebí el cortadillo entre ninfas de broma

y no encontré para el alma la flor divina.


Busqué por los portales de citas a ciegas

en andar desventurado que nada encuentra,

pasaron meses, años, ya perdí la cuenta

tras un amor soñado que avisa y nunca llega.


Y después de ¿cuántos lustros?

¿Cuántas historias vividas?

¿Cuántos desencuentros de amores?

¿Cuántas llegadas, cuántas huídas?


Detengo la marcha justo ahí

donde tú estabas, lista, accesible

junto a mis pasos ya detenidos

como la única opción tangible.


Tesoro escondido a la vera del camino,

que me recuerda mi fortuna presente

llegas tú; dulce, tierna, cariñosa,

bálsamo a mis huesos, paz a mi mente.


Cada mañana al despertar a tu lado,

de regocijo infinito, salta mi corazón:

amiga, pareja, cómplice, consuelo;

no olvidas detalles, ni faltas a la razón.


Desde que tú estás conmigo,

brilla más el sol y es música el viento;

y huyó en vuelo de nunca jamás

el ave negra del lúgubre aislamiento.