lunes, 12 de octubre de 2015

HASTA QUE TE ENCONTRÉ


Caminé por calles y doblé las esquinas,

me senté en la plazas, observé las palomas

bebí el cortadillo entre ninfas de broma

y no encontré para el alma la flor divina.


Busqué por los portales de citas a ciegas

en andar desventurado que nada encuentra,

pasaron meses, años, ya perdí la cuenta

tras un amor soñado que avisa y nunca llega.


Y después de ¿cuántos lustros?

¿Cuántas historias vividas?

¿Cuántos desencuentros de amores?

¿Cuántas llegadas, cuántas huídas?


Detengo la marcha justo ahí

donde tú estabas, lista, accesible

junto a mis pasos ya detenidos

como la única opción tangible.


Tesoro escondido a la vera del camino,

que me recuerda mi fortuna presente

llegas tú; dulce, tierna, cariñosa,

bálsamo a mis huesos, paz a mi mente.


Cada mañana al despertar a tu lado,

de regocijo infinito, salta mi corazón:

amiga, pareja, cómplice, consuelo;

no olvidas detalles, ni faltas a la razón.


Desde que tú estás conmigo,

brilla más el sol y es música el viento;

y huyó en vuelo de nunca jamás

el ave negra del lúgubre aislamiento.

 


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