martes, 14 de julio de 2020

MIEDO O INCERTIDUMBRE

Oculto, a hurtadillas, el virus humilla,

rebrota, en la negligencia indisciplinada

en la distancia, en el sujeto sin mascarilla

ya vaya solo por la calle o en manada.


No tengo miedo, zozobra sí y tristeza

del altibajo de la pandemia y no veo aciertos

en la cura, muy lenta la vacuna y la torpeza

de políticos, que ignoran a sus muertos.


Si tengo miedo del ninguneo al anciano,

que el invierno sin piedad atropella

y lucha con denuedo cada día en vano

porque han opacado la luz de su estrella.


Ahora en mi angustia una pregunta existe

y hay una decisión que la paz me quita;

en la espera de cirugía, no es un chiste,

¿dos años de intenso dolor y sólo una lista?


Se paraliza mi hombro en talud de agonía,

sin descanso en cama aunque me acueste;

estertores y calambres suman la pena mía

con la fuerza del tigre que voraz muerde.


Y en largas noches que el párpado no pega,

entre el dolor y el insomnio sin calidad de vida,

oculto ilusiones rotas hasta ver si llega

la extinción de la pena sin considerar la huida.




19-12-2019




jueves, 9 de julio de 2020

Sorprendente mar Soneto


Cada mañana me sorprende el mar;
no sé si descuidado a mí me pilla,
no sé si es ola sola o la orilla
o si es una voz para intimidar.

Majestuosidad a reverenciar
ante su deslumbrante poderío,
incesante viento, agua, arena y frío,
que hasta en mis sueños oigo su bramar.

Todo lo que el mar me entrega bendigo,
con fuerza su magnetismo me atrae,
y sobre la inmensidad de oleaje,

Veo miles de efigies que el amigo
viento en tromba y errante no distrae
y por la ribera el blanco espumaje.






sábado, 4 de julio de 2020

Mate al rey

Me arrancaré el corazón

y las flores de otoño,

vaciaré el tintero

sobre los blancos folios.


Desterraré de mi frente

los castillos de naipes,

adormeceré la mente

con acupuntura barata..."


Soy el novio de funestos vacíos;

el que recita versos muertos

a las paredes sordas,

el vagabundo de paisajes ruinosos,

tras cuatro estaciones de espera

entre áridas esperanzas.


Naufrago entre mis sesos

desconecto brumosas memorias,

rompo esquemas,

arranco recuerdos,

destrozo imágenes

de cuadros muertos.


Catastrófico es el despertar

cuando andas perdido

entre ruinosas callejuelas

de enigmáticas incoherencias

y angostas avenidas

de acertijos sin descifrar.


Esclavo de mis caprichos

nada queda de mi espectral reino.





sábado, 27 de junio de 2020

El mar y yo

El mar, siempre el mar;

¡con qué fuerza me atraen!

el azul del mar profundo,

y los bramidos del temporal.


Esos susurros en las noches,

dulces nanas para el sueño

que el mar emite, sin reproches

porque del silencio, es el dueño.


Cada día con empeño

tropieza el mar con mis ojos,

como un dios omnipresente

sin límites a sus antojos.


Desde la cumbre veo el mar

lejano, como salido del cielo,

y desde medianías los veleros

imitan gaviotas, en raso vuelo.


En la playa su ley es sencilla,

aunque sus ondas me ofrece,

el mal que mi hombro padece

me obliga a tomar la orilla.


Sin que me asistan las prisas

para el día, que yo me muera;

no me coloquen en urna huera,

tirad al mar azul mis cenizas.


Las olas mecerán mis restos,

y en las que se rompen bramando

visitaré playas desiertas flotando

en sabanas, de espuma envuelto.


Mirad al mar, allí estará el viejo

en el amanecer que quema,

en la luna gigante que riela

y en las letras de cada verso.


No me pongáis flores no quiero,

el tierno desplegarse de la ola

reemplaza la más bella corona

de flores y aromas de romero.


25 de junio 2020




El viejo jamelgo

Camina lento el viejo jamelgo

de torpes cascos y cabeza gacha

como si olisqueara el camino.


Su hirsuta crin atesora guijarros

al vaivén de su renqueante paso.


Se agota el tiempo de vivir,

la razón invade los impulsos;

solo le acechan los recuerdos

y el cansancio en la mirada.


Llora y no asoman sus lágrimas,

sus ilusiones quedan en la estacada

y al pie de la cerca cerrando los ojos

la vida, plagada de espinas y abrojos.


4 de abril de 2019.




lunes, 22 de junio de 2020

A MIS 75


Yo nací una vez, un día,

con el mayor fundamento,

en el pueblo de Fomento

y me criaron en Güinía.


Y en el Escambray profundo

de naranjeros y cafetales,

aprendí buenos modales

para enfrentarme a este mundo.


Setenta y cinco años después,

tantos lustros he cargado

que mi espalda se ha doblado

mirando este mundo al revés.


Todo lo veo en mi verso

que se asoma al amanecer,

encadenándome al placer

de abrir mi alma al universo.


Y a pesar del tiempo adverso

que casi detiene la vida,

no me aferraré a la huida;

lo amansaré con mi verso.





Languidece la tarde

Espabilo de la siesta

y detrás de mi persiana

vi languidecer la tarde:

de riveras, mar y cielo,

embadurnada de azules,

de beige, de blanco y naranja.


Con el ocaso a mi espalda,

ya se insinúa la sombra;

absorbe el azul marino,

lentejuela al firmamento,

mientras la rivera funda:

faros de propio derecho.


Para mi hombro dolorido,

mi indómita alma encerrada,

mi estropeado corazón aislado,

y el útil sendero vedado:

¡vistas del mar, cielo, playa

y la fe, sin pensar en nada!