domingo, 4 de abril de 2021

Intimidad

Y si es que estás despierta

y sin heridas,

Y si es domingo

y eres feliz

conduciendo sin preguntas.

 

Y si es que nos damos cuenta

de que intentar llevar la razón

se carga la armonía.

 

Y si es que yo llevo un dolor en mi pecho,

que va rajando mis arterias

con aceros ardientes

de ígneo filo chispeante

y no veo sangrar la fragua.

 

Y si es que una tibia humedad

que de mis ojos se desliza,

ha brotado de la pena

entre trémulas pestañas,

que pierden la compostura

mientras me ciega la vergüenza,

de creer que es un capricho,

lo que tus fuerzas no alcanzan.

 

Y si es que este poema

contra mí, descarga su rabia,

que estas letras son mi voz

que te ruega con ansias,

que perdones mi insensatez

y mi falta de confianza.

 

Y si nos besamos

y todo cambia,

y que todo este dolor

es solo la antesala

de la concordia

y el final de la arrogancia,

de rescatar la sonrisa

y la miel de tu mirada.

 

No quiero rasgar este poema

por insulsa rabia,

ni tirar el teclado

que golpe a golpe redacta

las lágrimas,

de mi dolor derramas

por el canal

de mis arterias resquebrajadas.


 

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