viernes, 19 de junio de 2020

Fin de una historia de amor


Perdí mi tiara, mi altar sin placeres

mundanos, con pena brilló mi frente

y ante el sol se levantó indiferente

a las angustias de hombres y mujeres.


Hoy tengo miedo de las hojas muertas,

y aparto de ti mi corazón frío,

miedo de prados llenos de rocío

y de poder tocar en otras puertas.


No encontrarás besos como los míos

ni ojos que lloren como yo he llorado;

con la ternura que yo, te he amado

ni tendrás el sol de los días fríos.


Caminaste voluptuosa y malvada

en el interior de mis brazos buenos,

con tu desprecio pusiste los frenos

a la colmena, de miel intocada.


Sobrellevé en mi carne tu abandono

y de pronto estrangulé tus venenos

en mis desvaríos y desenfrenos;

[aquellos los que en mi alma hoy arrincono]


Y juntos viajamos hacia la aurora

volver a empezar no vale la pena,

fugitivos de la misma condena,

lo que ignoraba, no lo callo ahora.


No fue este amor, un amor de cobarde

pero ahora el menú para una cena,

aunque sea nutritiva y amena

la mesa de a dos ha llegado tarde.


Junio de 2007.








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