domingo, 26 de julio de 2020

Entres suspiros

Se me escapan entre suspiros,

y en torrente los te quiero

devenidos palomas

de alas urgentes

surcando un: te necesito

que mi pecho se rompe.


Mi mente incansable

no ceja, no comprende;

que tan pronto, es pronto

y mi corazón responde:

después de dos mañanas

ya está el hoy.


Y es en este hoy,

cuando sucede la vida;

se precipitan las horas

irrumpo en tu universo

en donde vivir quiero

y tu sitio favorito

esta, entre mis brazos.







miércoles, 22 de julio de 2020

Al zarpar


Tímidamente despunta la aurora

con pereza la ciudad despierta,

el puerto se hincha de máquinas y pueblo

y el ferry hambriento atracado espera.


Al fin sus gigantescas fauces, abre

en un pis pas todo lo engulle;

remolino de motores que rugen,

faros rutilantes y pasos apresurados.


La diestra tripulación las amarras suelta,

lentamente la ciudad se aleja

y tras la popa la estela persecutora

que al buque nunca alcanza.


Allí sentado, en solitaria butaca

mi esqueleto añora y descansa,

mientras en la cumbre iluminada

la mujer piensa, espera y ama.


Mujer de certeros pensamientos

más allá de una sonrisa, ama una mirada

no busca momentos, sólo acontecimientos

y a más de presencia, exige alianza.

1632013



martes, 14 de julio de 2020

MIEDO O INCERTIDUMBRE

Oculto, a hurtadillas, el virus humilla,

rebrota, en la negligencia indisciplinada

en la distancia, en el sujeto sin mascarilla

ya vaya solo por la calle o en manada.


No tengo miedo, zozobra sí y tristeza

del altibajo de la pandemia y no veo aciertos

en la cura, muy lenta la vacuna y la torpeza

de políticos, que ignoran a sus muertos.


Si tengo miedo del ninguneo al anciano,

que el invierno sin piedad atropella

y lucha con denuedo cada día en vano

porque han opacado la luz de su estrella.


Ahora en mi angustia una pregunta existe

y hay una decisión que la paz me quita;

en la espera de cirugía, no es un chiste,

¿dos años de intenso dolor y sólo una lista?


Se paraliza mi hombro en talud de agonía,

sin descanso en cama aunque me acueste;

estertores y calambres suman la pena mía

con la fuerza del tigre que voraz muerde.


Y en largas noches que el párpado no pega,

entre el dolor y el insomnio sin calidad de vida,

oculto ilusiones rotas hasta ver si llega

la extinción de la pena sin considerar la huida.




19-12-2019




jueves, 9 de julio de 2020

Sorprendente mar Soneto


Cada mañana me sorprende el mar;
no sé si descuidado a mí me pilla,
no sé si es ola sola o la orilla
o si es una voz para intimidar.

Majestuosidad a reverenciar
ante su deslumbrante poderío,
incesante viento, agua, arena y frío,
que hasta en mis sueños oigo su bramar.

Todo lo que el mar me entrega bendigo,
con fuerza su magnetismo me atrae,
y sobre la inmensidad de oleaje,

Veo miles de efigies que el amigo
viento en tromba y errante no distrae
y por la ribera el blanco espumaje.






sábado, 4 de julio de 2020

Mate al rey

Me arrancaré el corazón

y las flores de otoño,

vaciaré el tintero

sobre los blancos folios.


Desterraré de mi frente

los castillos de naipes,

adormeceré la mente

con acupuntura barata..."


Soy el novio de funestos vacíos;

el que recita versos muertos

a las paredes sordas,

el vagabundo de paisajes ruinosos,

tras cuatro estaciones de espera

entre áridas esperanzas.


Naufrago entre mis sesos

desconecto brumosas memorias,

rompo esquemas,

arranco recuerdos,

destrozo imágenes

de cuadros muertos.


Catastrófico es el despertar

cuando andas perdido

entre ruinosas callejuelas

de enigmáticas incoherencias

y angostas avenidas

de acertijos sin descifrar.


Esclavo de mis caprichos

nada queda de mi espectral reino.





sábado, 27 de junio de 2020

El mar y yo

El mar, siempre el mar;

¡con qué fuerza me atraen!

el azul del mar profundo,

y los bramidos del temporal.


Esos susurros en las noches,

dulces nanas para el sueño

que el mar emite, sin reproches

porque del silencio, es el dueño.


Cada día con empeño

tropieza el mar con mis ojos,

como un dios omnipresente

sin límites a sus antojos.


Desde la cumbre veo el mar

lejano, como salido del cielo,

y desde medianías los veleros

imitan gaviotas, en raso vuelo.


En la playa su ley es sencilla,

aunque sus ondas me ofrece,

el mal que mi hombro padece

me obliga a tomar la orilla.


Sin que me asistan las prisas

para el día, que yo me muera;

no me coloquen en urna huera,

tirad al mar azul mis cenizas.


Las olas mecerán mis restos,

y en las que se rompen bramando

visitaré playas desiertas flotando

en sabanas, de espuma envuelto.


Mirad al mar, allí estará el viejo

en el amanecer que quema,

en la luna gigante que riela

y en las letras de cada verso.


No me pongáis flores no quiero,

el tierno desplegarse de la ola

reemplaza la más bella corona

de flores y aromas de romero.


25 de junio 2020




El viejo jamelgo

Camina lento el viejo jamelgo

de torpes cascos y cabeza gacha

como si olisqueara el camino.


Su hirsuta crin atesora guijarros

al vaivén de su renqueante paso.


Se agota el tiempo de vivir,

la razón invade los impulsos;

solo le acechan los recuerdos

y el cansancio en la mirada.


Llora y no asoman sus lágrimas,

sus ilusiones quedan en la estacada

y al pie de la cerca cerrando los ojos

la vida, plagada de espinas y abrojos.


4 de abril de 2019.