lunes, 12 de octubre de 2015

ASOLAR AL QUERUBÍN CAÍDO

Asolar al querubín caído


El enojo pendenciero de la vida
es el procreador del dolor;
asolar al querubín caído
es más fácil que decir adiós.


Es mejor morir en la eternidad

de una herida, a vivir en la aflicción
que deja, cada instante de desamor
he resuelto: para bien, la despedida.


Cuando fenezca de este hediondo

circo de anagramas:
viviré en la alegoría de mi hecatombe
y entre ellos la maldita casualidad,
que unos llaman desasosiego
y otros, como yo,
le suelen llamar divinidad.


Entre mis últimas jaculatorias,

estaría vivir solo en aquellos que ame,
aunque ellos no lo sepan,
aunque de ellos, no sepa.


Tal vez morir de cobardía,
por no encarar mi adversidad,

sea el desliz cometido
mas, decir adiós a la vida,
será empezar de nuevo el camino
hacia la existencia consentida.


Entre aquellos deseos de silencio
está mi más caro sueño
descansar de la purulencia de este cieno

y disfrutar dichoso de un amor eterno.




martes, 6 de octubre de 2015

EN EL LECHO DE LA SOLEDAD


Veo como en solitario van pasando

lentas, mis horas de insomnio y fiebre,

¡ay! Y para evitar que mi alma quiebre,

¿Hay alguien a orillas del lecho velando?


Como enjambre que el panal abandona,

mis pensamientos zumban en mi mente

con ferocidad y constantemente,

inoculan ponzoña que al alma encona.


Sediento de amor camino hacia el día

de la apertura, del refugio entre unos brazos

que me rediman de inestables bandazos,

me arropen en quietud y me sirvan de guía.


Y mientras viva, estaré entre esos brazos

abrigado en el sosiego de su ternura,

sin salirse de los míos, ¡divina locura!

sublime, excelso, sin trabas, sin lazos.



A MI QUERIDO TIO PERUCHO

Te has ido definitivamente,

llegó tu hora, casi anticipada,

la gradual endeblez de tu cuerpo

detiene tu actividad;

en silencio te despediste 


sin adiós, sin movimiento,

como se va la niebla

como se nubla el cielo,

tomado de la mano del ocio

te reclinas en un descanso eterno.

 

Te recuerdo en el portal,

de tu casa observar

las hierbas del huerto

en abandono por la frágil

estructura de tus piernas;

pierde su aroma la piña madura

tristes están el limonero y el trino

del sinsonte en sus ramas,

solo el inseparable purito,

le calman al tío las ansias.


¿Dónde han quedado las risas

del pícaro tío ocurrente,

el chiste y el “cuentecito”

siempre a flor de labios,

la “medicinita” que la tía

con ternura rechaza?

Han hecho sitio junto a él

en el mundo del silencio,

solo recuerdos repetidos

en la anécdota presente.


En la sucesión del día y la noche

ora recomenzando la vida

ora la vida ya en su curso

ora la vida en su ocaso

se cerraron tus ojos

y tu estrella ilumina el camino

a tus hijos, con la dulzura

de tu vida y el brillo propio

del hombre, el padre, el tío

y del amigo entrañable.

 


MI PRIMER HIJO


A mí increíble e inquieto bandido,

Furia de hiperactivo pequeño remolino,

Con sus atrevidos ojos de ensueño

Y la risa que atiborra el amado nido.


Ese intrépido interlocutor oponente,

Que desde la precocidad del diálogo

Y el gorjeo devenido en palabras,

Valida la agudeza de su prodigiosa mente.


A su pequeña casa de madera

Le dio colores, calor y alegría…

¡Su alma de niño volaba y soñaba

Remontando pandorgas, jugaba, reía!


Desenredaba hilos de trompos que silban,

Fabricando papalotes recreaba su alma,

Los tendía al infinito en lucha ensangrentada

Y atrapaba mariposas en su inocencia blanca.


Pintó acuarelas y cantó canciones…

Soñó con idiomas que curan heridas,

Imaginó trayectos con dorados senderos

En regazos sin llanto ni oscuras esquinas.


Sintió la caricia de una mano blanda,

De pronto, emerge del niño de alma viva,

Quitando espinas, alambres y vigas,

El hombre guerrero de espalda activa.


Y feliz, soñando sueños de ensueño,

Un mundo más justo bueno y seguro,

Levantó alas mi niño, remolino pequeño,

De ojos vivaces mirando al futuro.


Valiente capitán de uniforme y fusta,

Trepas a mis brazos, me besas el alma;

Admiro tu dedicación a lo que te gusta

Y la inteligencia que tu mente derrama.


No tengo para cada problema solución,

No tengo respuestas para todas las dudas,

No puedo cambiar el pasado sin razón,

No puedo evitar tropiezos ni mudas.


Si puedo escuchar y buscar contigo,

Las réplicas y conclusiones más fluidas

Y siempre mis brazos serán el abrigo

Para protegerte y evitar las caídas.


Disfruto de tus logros y alegrías

Sin juzgar las decisiones de tu vigor,

Sin trazar límites a tus fantasías,

Te dejo espacio, apoyo, estímulo y amor.