Aunque la veo mustia, deshojada; ignoro las razones de la rosa que ayer brillaba fresca y olorosa, muy viva, dulce, amante y perfumada.
Hoy esa alegría se torna en nada, no existe en el mundo alguna otra cosa, que cambie de feliz a dolorosa sintiéndose contenida u obligada.
Después de la tempestad la bonanza, y en la alegría, el tedio y la tristeza; mas, perdona que yo tenga esperanza.
Nunca dudé de su amor y terneza que habiendo ahora tanta desconfianza; ¿Sólo en su corazón habrá firmeza?
|
domingo, 22 de diciembre de 2013
Tristeza de la rosa (Soneto)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario