Este dolor profano,
inseguro que aboca
al caos que no soy
y forzar a creerlo.
Los días sufren
angustia y dolor,
los versos se mesturan
de tristeza, alegría y apego.
La vida vuela presurosa
del inseguro al innegable,
de la noche al alba
evocando ternuras
y abrazos de mujer.
De repente:
el mundo al revés,
el relax se abruma,
la alegría es desolación,
el piso con el ocupa,
el viaje sin destino.
Y en el camino perdido
de pronto una señal,
una estrella rutilante,
bujía en túnica de mujer,
brújula que enmarca
al norte esmeralda.
Aparece un alma
para el verso,
una razón para reír
un poema con nombre,
con ojos de bondad
y besos de miel.
Troca los sucesos:
en amor de bienvenida,
amor de relax en el salón,
amor de complicidad
en la cocina
y amor de fusión
en nuestra cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario