Ocre espera
la tabaiba salvaje
con cicatrices
de hojas caídas,
perdido su verde claro
en recinto
de mustia falda.
Sedienta, cautiva
su raíz aguarda
para sorber:
la llovizna fresca
de la frugal primavera,
la humedad rasante
de la niebla blanca;
bruma rastrera, silenciosa,
sutil y austera.
Y amanece octubre
en otoño de borrasquilla;
ha lavado su tronco gris
y el marrón de sus tallos
que acunan
las verdes perlitas
de a cinco nectarios,
como ramilletes
verde-amarillos
que en cestos de piedras
adornan los riscos.
¡Llovió en el sur de Tenerife!
6-10-2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario