En
un mundo muy lejano
y
cargando sus pesares,
reside
mi único hermano
muy
solo allende los mares.
Un
dolor que él no supera,
llagas
que no cicatrizan,
en
el quebranto y la espera
de
dudas que se eternizan.
No
cree que el sol regrese
la
ausencia es definitiva,
ignora
al amor que ofrece
librar
a su alma cautiva.
Se
fue, no por accidente,
lector
del futuro ayer,
lleva
clavada en la mente
la
idea de no volver.
Se
marchó muy solitario,
sin
pensar en lo más duro,
de
cada un aniversario
carente
de un amor puro.
Estás
mi hermano hoy ausente,
para
este brindis muy sano,
te
marchaste hacia occidente
por
el sueño americano.
Para
ayudar a los tuyos
fuiste
con el noble empeño
y
que ellos hicieran suyos
tu
iniciativa y tu sueño
Somos
tristes emigrantes,
y
tratados como extraños,
en
estas tierras distantes,
hace
mucho más de ocho años.
Cada
cual toma su rumbo,
sus
anhelos y su sino
por
eso hoy, yo no sucumbo
a
tristezas del destino.
Mi
madre tuvo dos hijos,
el
menor para ella ausente
y
en versos no muy prolijos,
otro
escribe la presente.
13
de abril de 2013