Una
mesa moderna, holgada casi oval,
De
imágenes navideñas, tocado el mantel
Y
en aquel entorno de mágico pincel;
El
Júbilo de un reencuentro sin igual.
Hay
un sitio desocupado hacia el cual,
El
viejo tiende, a veces, su mirada de miel
Y
se habla de ella, de la ausente, pero él
En
silencio, añora su risa en la mesa pascual.
La
hija sirve, con la alegría de vivir,
La
suculenta vianda y el plácido manjar,
Que
animan al momento la cena familiar,
Mas,
al padre, le falta gozo y afán de reír,
Y
los hijos felices algo le quieren decir:
"Es
a sus hijas a las que, hoy, quiere arropar
Y
tú resolviste, a tu vez, a los tuyos abrazar,
Disfruta
el emotivo instante y mira al porvenir”

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