Amor de mis amores,
amor silente y ruidoso
desde muy cerca y de lejos,
de caricias y de nostalgias.
Amanece, estás;
no oigo el bramido del mar
ni el silbido del viento
tan sólo:
tu respiración,
tu piel,
tus labios,
la ternura en tu mirada,
el nácar de tu boca
y
el calor de tus brazos.
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