En silencio el agua discurre
por la raíz de la hortaliza
y con sigilo el fértil suelo
cede la savia que empina
la hermosura del rosal
hasta la excelencia de la rosa.
En silencio y como el ladrón
en la noche, discreto emerge
el verso, en la infinita quietud
que proporciona el universo.
En las profundidades del silencio
florecen las rutilantes promesas,
las más veladas caricias y el beso
que arrebata los sentidos.
En silencio tus suaves pechos
bajo la custodia de mis manos,
como vientres de pavitos volteados,
se enchinan y estremecen al tocarlos.
En el silencio quedan mis palabras
al mirar tu cuerpo alado en mi cama,
alas de ángel extendidas y blancas
que prudentes planean y callan.
En silencio convoco a las retinas
y a los labios escondidos de rocas
de fulgor, y de aguas en torrente
rendidas, a la dulzura de tu sonrisa.
Y en silencio mi cuerpo, mis manos
y mis ojos, ante ti, en ancho marco
de espejo, tu figura hermosa reflejan
para que disfrutes tú lo que veo yo.