Oculto, a hurtadillas, el virus humilla,
rebrota, en la negligencia indisciplinada
en la distancia, en el sujeto sin mascarilla
ya vaya solo por la calle o en manada.
No tengo miedo, zozobra sí y tristeza
del altibajo de la pandemia y no veo aciertos
en la cura, muy lenta la vacuna y la torpeza
de políticos, que ignoran a sus muertos.
Si tengo miedo del ninguneo al anciano,
que el invierno sin piedad atropella
y lucha con denuedo cada día en vano
porque han opacado la luz de su estrella.
Ahora en mi angustia una pregunta existe
y hay una decisión que la paz me quita;
en la espera de cirugía, no es un chiste,
¿dos años de intenso dolor y sólo una lista?
Se paraliza mi hombro en talud de agonía,
sin descanso en cama aunque me acueste;
estertores y calambres suman la pena mía
con la fuerza del tigre que voraz muerde.
Y en largas noches que el párpado no pega,
entre el dolor y el insomnio sin calidad de vida,
oculto ilusiones rotas hasta ver si llega
la extinción de la pena sin considerar la huida.
19-12-2019
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