lunes, 12 de octubre de 2015

A MIS SETENTA AÑOS



Hoy arribo, sosegado, a los setenta años

Y estoy sacando lentamente del armario,

Desempolvando, el baúl de mis recuerdos,

Sin miedos, con gusto, con orgullo


Sin esperar tanto, latente está la vida;

Me acoge con alegría promisoria

Y del baúl, desbordante el mejor regalo:

Chapada en oro puro: la experiencia.


Venid amigos míos, tomad asiento,

No hay sofás mullidos, ni mecedoras;

Sólo rocas de cuyují como el acero,

Y muros de piedras imperecederos.


Mi hogar es el salón rebosante

Para un banquete esplendoroso,

Mi fe inquebrantable a la cabecera

Y a frente, mi asiento en la mesa.


Con el sustento del amor y la amistad,

Con el Santero y el tinto del cariño,

Que nuestras copas rebocen este día,

¡Ya tengo los setenta cumplidos!


No soy viejo. A penas comienzo la vida,

Digna juventud que en el ocaso florece,

Mis años son estrellas que me inspiran

Y mis labios, cestos repletos de besos.


Venid todos, venid, con amor os espero,

Estamos en abril, en plena primavera,

Tantos anhelos y nuevos propósitos;

La ventura de exuberantes retoños.


¿Cuántos de vosotros aspiráis a más?

Miradme, tan sólo miradme y veréis;

Mi indomable corazón palpita jubiloso

Y fluye de mi pecho el inagotable amor.


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