Con tus manos en mis manos,
con tu boca en mi boca,
uncidos nuestros cuerpos
al amor que nos abrasa,
sin la presencia del tiempo
para contar las horas.
Sumergido en la inmensidad
de tus grandes ojos,
por cada feliz noche
que en tu regazo duermo,
así y solamente así
descansará mi cuerpo.
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