Siempre la soledad está presente
en donde estuvo la palabra airosa
y en todo lo de ayer su garra posa,
la ata a su penumbra dulcemente.
La evocación debajo de la frente
fue contemplada, fuente rumorosa
en su paso entre la gente, y la rosa
carga su soledad tras su simiente.
Es soledad la miel que endulza el seno
y soledad la boca que aún goce
su concedido sabor de néctar pleno.
Cada minuto que pasa, un roce
del bien más codiciado, queda lleno
de aquella soledad que desconoce.
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